domingo, 22 de agosto de 2010

Por Casi no...

POR CASI NO...
Por: Fastame angustiado.


No hay testimonio absoluto de cuando empezó la batalla, ni aun así espero que la historia verifique sus fechas, sus hechos. Pero es interesante prescindir de la única crónica de la batalla final, la cual encontré por mero accidente un día de verano a las afueras de un corredor oscuro y viejo, abandonado. Entre tachones, manchas y animalejos no pude encontrar el nombre del que relata la historia, pero leí lo siguiente.

... Poco antes de las 8 de la noche, de esta fecha angustiosa, me encaminaba a tomar el transporte que me llevaría por fin al lugar de mi descanso, todo parecía normal, calmado. No había noticias de alguna contingencia en mi camino y todo afirmaba estar controlado. Eso me deba seguridad más no me tranquilizaba, pues era portador de una entrega para el mando superior muy importante.
Sin más, subí al viejo camión, que fuera de dar seguridad nos daba muy poca velocidad. El viaje al principio fue calmo, sin novedades. Ya transcurrida la hora de viaje ocurrió la aparición del enemigo, al principio distante pero al paso de algunos minutos era notable su presencia. Dada la naturaleza ultra secreta de la misión encomendada y la firme orden de evitar que los civiles tomaran nota de mi estado, misión y afiliación fingí toser evitando así que notaran mi preocupación. Cada momento que pasaba no paraba de pedir suerte y así evitar el ya casi próximo fin.
Ya próxima mi llegada, el enemigo se hizo casi presente y no pude evitar en ese momento mi miedo, la gente se quedaba viendo angustiada de lo que me pasaría por un hecho que ellos quizá suponían pero seguramente nunca acertarían en conocer, al menos en mi caso particular no.
Ya abatido por los nervios me encontraba cerca de mi objetivo final, pero para mi desgracia tenía que caminar alrededor de 5 minutos. Baje del camión, en ese momento supe que las personas sabían a lo que me enfrentaría y pude observar varias miradas que deseaban suerte. No tuve tiempo de agradecer el gesto.
Corría por las calles abandonadas y también se escuchaban los gritos pidiendo que cesara de correr y que me detuviera o algo mala pasaría. Yo tenía la confianza de que no se atrevería a dañarme y con ello a la carga valiosa. Ya en el ultimo tramo me pisaba los talones el enemigo y algunos mirones notaron mi casi desgracia. No puedo afirmar lo que sucedió en aquel parque, pero supongo que aquellos niños fueron comprados por el enemigo para evitar en un arranque de desesperación hacerle frente. Es claro que el enemigo tampoco quería algún civil involucrado. Los niños para el colmo del asunto me retrasaron al evitar mi paso rápido poniéndose en medio del paso peatonal. De alguna manera logre brincar unos arbustos y esquivarlos y así, enfilarme a la puerta de mi destino. Lograba escuchar las carcajadas del enemigo a medio segundo de mi.
Cuando ya hube llegado a la puerta de seguridad tuve que hacer en una rápida maniobra sacar la contraseña, una llave color plata. El enemigo detuvo la puerta en el instante mismo que la cerraba con el botón de emergencias. Corrí hacia el interior del emplazamiento y ya el enemigo sacaba su mortífera arma. Yo desesperadamente solté mi carga de provisiones y enceres para el diario y corrí despavorido. No tenia ninguna arma para hacerle frente y aun la carga importante se encontraba conmigo. Llegue por fortuna al único lugar donde podría hacerle frente y quizá salir victorioso, evite a toda costa que su arma me dañara, y yo en un ágil movimiento digno de una medalla de honor logre tomar al enemigo y ahogarlo en el váter del baño. Por fin descansaba, logre orinar sin bajarme del camión a medio camino ni mojar el dinero de la quincena que guardaba en una bolsa secreta pegada a la ropa interior. La misión fue un éxito y el enemigo yace verde y estático en un pequeño charco controlado.

sábado, 7 de agosto de 2010

Honoris Causa

Honoris Causa
Por: Fastame desvelado!


Que puede decir uno, uno es entre muchos quizá, el número más pequeño pero, de eso no se trata de lo que vengo hablando. Todo comenzó hace como dos o tres años no recuerdo bien si era un día nublado o soleado, pero sí que tenia mucha hambre.
Desperté, sudando por un sueño infausto que casualmente ya no recordaba, pero infausto al fin de cuentas... ¿se pregunta por qué es infausto?... bueno, yo deduzco que era infausto por el simple hecho de amanecer sudado, agitado... aunque posiblemente solo haya sido que... bueno, no es eso de lo que quiero hablar. Como venía diciendo, desperté y tomé rumbo al refrigerador, instintivamente siempre reviso que haya al menos una cucharada de café pero... sí, en efecto, no había café... ya se que era predecible que mi relato te haga pensar que en efecto no habría café, pero lo que ustedes no saben, es el por qué no había café... la verdad yo tampoco lo se, pero es un problema fácil de resolver si tomamos unos treinta pesos y de menos compramos un frasquito de nescafé, y así fue como decidí - que a pesar de que no me había bañado y de que estaba hecho una sopa- decidí vestirme para tomar rumbo indefinido a alguna tienda a comprar café.
Ahí estaba yo, simplemente buscando ese establecimiento donde siempre despecha la hija del señor Chepe, muy risueña la niñita, guapa y por qué no decirlo... claro, mejor así lo dejo. Como venía diciendo, me encontraba rumbo a la tienda del Chepe, en el camino se podía persivir el aroma a fiesta cívica -cohetes, alcohol, cigarro, mole recalentado- pero yo sólo tenia mi mente clavada en llegar a la hija del señor Chepe, que diga a la tienda. Daba vuelta en la esquina para enfilarme a la tienda, y en ese mismo instante, pensando en como saludar a Sandrita - hija del señor Chepe - me percaté de que el dueño legal - aun sea por un día todavía - de Sandra, salia con rumbo y hora de retorno desconosido al menos -feliz o no - al menos por mi. En medio de esa grata sorpresa, no pense en otra cosa que en aprovechar al máximo el tiempo brindado por alguna diligencia tonta que tenia don Chepe. Corrí y entre agitadísimo a la tienda y ahí estaba, Sandrita, hermosa y como nunca la había visto, parada encima de una escalerilla intentando bajar una caja. No se si fue obra del destino o de aquel murcielaguito combinado con coca cola lo que me llevó a la oportunidad más grande de mi vida, verán, en el instante mismo que la veía - llevaba ella puesto una linda playera deportiva color verde, su cabello (entre castaño y güero cenizo) largo y controlado por una liga roja, como cualquier liga, pero por el simple hecho que la usaba, era la mejor liga del mundo, y un pantalón que hacía, por el tipo de su corte, observar aquella cintura que todo hombre del vecindario, la escuela y algún maldito pretendiente suyo, sueña con acariciar- me percaté que estaba a nada de caer. Por reflejo propio de un caballero - porque hay que decirlo, antes de ser un tipo de brazos flacos y aliento a crudo, soy un caballero- logre brincar el aparador para sostenerla y evitar así que alguna cicatriz dinamite aquella piel. Como es natural después de ser todo un héroe, cayeron como agua los agradecimientos.

- ¡Muchas gracias amigo!... ¡mi papá tiene la culpa!... ya le he dicho que no deje la caja del aceite hasta arriba, es muy pesada y siempre me ha costado trabajo bajarla.
- No de nada San...-¡me encontraba a un pelo de cagarla, ella no sabe que yo sé que se llama Sandra!- San... ¡Santo Dios!, tendremos que dejarle dicho a tu papá que no vuelva a hacer eso si no quiere que su hija pare en un hospital.
-Si amigo, ahora si lo voy a regañar...- sonríe Sandra, pero jamás volveré a ver una sonrisa de tal calibre, simplemente divina, ni si quiera le puse atención a lo que ella decía en esos instantes, sólo podía observar su rostro entre sonrojado y ese pálido hermoso de su piel, hasta que - ... y luego mi papá regresa hasta hoy en la noche. Hubiera sido horrible, tendría que haber cerrado la tienda para recuperarme del golpe... jajaja, ¡Hay amigo, mejor me hubieras dejado caer y tendría un pretexto para tomar un descanso o beber una cerveza contigo!...-En ese mismo momento me quería dar un golpe en el rostro, es lógico que le llegó mi aliento a perro crudo, por eso sacó lo de la cerveza, pero si me hubiera bañado, seguro se cae y ¡cicatrices horrorosas!... espera un momento, ¿escuche "llega hasta hoy en la noche"?... ¡Bingo! -... Siempre vienes por aquí a comprar café, ¿eres de por aquí?, ¿Cómo te llamas?
- A pues yo me llamo Limón, Limón Ventura.
- ¿Limón?... jajajaja... - ¡me lleva la...! en ese momento se burlaba de mi nombre, pero la culpa la tiene mi madre por adorar los limones-... jajajaja... disculpa amigo, jajajaja, ¡Limón, ja, disculpa Limón!, esque nunca había escuchado un nombre así.
- Descuida, en mi clase de Alemán fue peor, eramos 30 alumnos más la profesora, 31 personas riendo por un lapso de 15 minutos, estoy acostumbrado.
- No seas martir Limón, al menos tienes un nombre genial, a mi me gusta, es simplemente original. A ver, dime, que de original tiene mi nombre "Sandra", eso qué, es muy común... - el nombre más precioso para una linda como tú-... y tu nombre es además... ¡Muy verde!, me encanta en color verde.
- Bueno al menos mi nombre te recuerda a algún color, porque luego en la escuela me dice "¡ahí viene el amargo!" jajaja... - reía conmigo ella, y no una risa falsa, sino una risa que...- jajaja. Gajes del nombre.
- A que mi Limón, y ¿eres de por aquí?
- Sí si, vivo como a on... - ¡No espera! si le decía la verdad, que vivo como a 11 cuadras, se preguntará "este perro que hace por aquí, si hay muchas tiendas a la redonda", pero, quizá...- a once cuadras de aquí.
- ¿Once cuadras? y ¿Qué haces hasta acá?... - lo sabía, ya la ca...- ¿vienes a la escuela de aquí adelantito?
- Sí si si, aquí enfrentito estudio... - Gracias Dios por poner mi escuela a 13 cuadras de mi casa- y pues de paso me queda la tienda y compro café, pan o esas cosas.
- Oye pero entonces desayunas tempranito y en la escuela.
- Sí si, muy temprano porque....

Y así nos pasamos platicando el día de asueto, claro, me di la oportunidad de decirle a que me dedicaba en el posgrado y ella para mi gran sorpresa...

- Sí Limón, tiene como un año que me titule jajaja, ya hasta lograste sonrojarme - ¡Bingo! - pero no te creo, ¿a poco si parece que tengo 18 añitos?... no te creo.
- Enserio, te ves de 18 años. Hasta yo pensaba que apenas entrarías a la escuela.
- No que va, ya me titule y en tres días me voy a Europa a hacer mi posgrado...

Figurese, nadamás a Europa... ¿Qué tan lejos esta Europa?... ¡Lejísimos!, ya ni cuando iba al Estadio Azteca a darme mis tour's. Pero así continuo la platica, con mi cara de tristeza y alegría, por lograr por fin hablarle a Sandrita. Nos llevamos como 5 horas platicando de todo, nuestras familias, libros, marcas de curitas, en fin... 5 horas felices y tremendas, cuidaba todo... ¡todo!, evitar que me salga un eructo de crudo, evitar malas palabras mal empleadas y si las empleaba, tendrían que causar risa, hasta le ayudé a atender la tiendita de don Chepe. Toda la platica tuvo el efecto que esperaba, aunque no lo esperaba tan pronto, no me dió tiempo de planificar una situación así... cada vez estábamos más pegaditos hasta que hubo un momento en que...

- La verdad Limón, siempre que pasas a la tienda me fijaba en esa mirada de coqueto que ahorita nadamás no puedes lanzar
-¿Pero cuál mirada?, en serio así veo siempre
- Bueno, yo sólo se que varias veces intentaste hacerme la platica, recuerdo el día que se te "cayó" el dinero "accidentalmente bajo el aparador"... -ya recuerdo ese momento, era mi oportunidad hace como 4 meses de hablarle pero el pen... de Chepe salió al rescate...- porque me veías nadamás a mi, y le decías a mi pá por donde se había caído, cuando en realidad era otro lugar jajajajaja. Si sólo querías hablarme me hubieras hablado, además... - Se puso roja roja, en ese momento supe que yo era un imbécil-... no te hubiera negado la platica.
- ¡Auch!, creo que a mi también me pusiste rojito...- Cosa tan más graciosa, ustedes queridos alumnos entenderán lo bello y difícil que es sonrojarse al mismo tiempo con una mujer, y más cuando se trata de la mujer que siempre has tenido ganas de conocer...- ... Que mal que te vas ya a Europa, bueno no que mal jajajaja, que bien, pero por otro lado, me hubiera gustado convivir más contigo.
- ¿En serio?... - Si usted hubiera visto, se daría cuenta que no me volví depresivo por cualquier cosita, usted me quiere encerrar en la casa de los locos porque su titulo de médico le da el poder de...- Tenemos que recuperar el tiempo ¿no crees?...

Y en eso pasó lo que no se tenia para nada planeado, llego don Chepe, me pillo sentado del otro lado del mostrador con su hija y luego luego tuve que salir huyendo del establecimiento... Ahora le cuento la historia de manera tranquila, porque siempre que usted dice que me altero me encierran en el cuarto acolchonado y eso es horrible doc, en serio, no estoy mal, sólo la extraño... ¡Que la extraño con un carajo dejenme en paz!...

...

Que puede decir uno, uno es entre muchos quizá, entre muchos números el más pequeño pero, no es de eso de lo que vengo hablando. Todo comenzó como hace 6 o 7 años...........

...

Limón Ventura, un hombre que conoció a Sandra Chepetlan antes de su partida a Europa. Aun teniendo contacto con ella por diversos medios de comunicación, se confesaron su amor. De pronto dejó de tener Limón su dosis diaria de Sandra, despues semanal y al final nada. Limón se enteró y hasta ayudado de sus alumnos (era profesor de la clase de Historia de la revolución mexicana en una universidad de prestigio) saber el día que llegaba llena de gloria y triunfo su amada Sandra. Había mariachis esperando, toda una comitiva, el señor Chepe no se había percatado de la presencia de Limón y hasta se le hizo común ver en el aeropuerto tanto jolgorio, pero Limón... Limón... ¿Qué hiciste para merecer tan castigo divino?. A Limón le paso lo de la niña de Guatemala... el por volverla a ver, fue a alcanzarla a la recepción, ella volvió casada pero el... el murió de amor.


miércoles, 16 de junio de 2010

Todo por el Fútbol!!

Y nos encontramos en un mes, donde el futbol es el centro de atención mundial y, como siempre, no se hacen esperar los siempre anacrónicos críticos de este hermoso deporte.

Todos sabemos la realidad social que rodea el fenómeno del futbol (por que ya es un fenómeno de índole social) entre ellas, las mafias que rodean la simple contratación de un jugador o la ubicación de un estadio de futbol. Sin embargo, el futbol es más que eso.

Apuntemos como buen escrito nuestras hipótesis del argumento. El intelectual, es aquella persona que viene a este mundo a observar, a reflexionar y, a dar a conocer el resultado de dicha observación. Sin embargo, no se puede ser intelectual tan fácil. Un intelectual debe aproximarse al fenómeno lo más que pueda. Y, ¿a qué va todo este rollo de los intelectuales?. Estas disquisiciones me nacieron a raíz de un mail, que no sólo aparte de extenso y aburrido (porque ya sabemos lo que siempre piensan esos anacrónicos) subraya temas absolutamente absurdos, entre los cuales, el capitalizar aquella frase que Nietzche hizo a la religión ("Es el opio de la humanidad"), el nacionalismo de "cartón" en un equipo de 11, etc.
Desde el punto de vista personal, acepto que los dueños, los dirigentes son unos gangsters y caen muy mal (recordar las mil y un tarugadas del Jorge Vergara, dueño de las Chivas del Guadalajara) pero, Omar Bravo, El Venado Medina, Luis Michel incluso, Reynoso, me caen a todo dar. Me proporcionan alegría por hacer ganador a mi equipo (que es una tarea tan difícil escoger equipo, como escoger de ideología política) y sufrimiento cuando es derrotado.
Pensar sólo desde unos pocos puntos de vista comunes hace que sea de mal gusto, mail's como el que leí. El decir sólo que el futbol es un deporte de panaderos o que es el opio del pueblo es no ver lo que realmente abarca el fenómeno completo, y como toda ideología y crítica que no tiene su antítesis (hasta en una demostración matemática) queda en automático inválida.
En un documental, decía un gran escritor: El Futbol no es tan fácil, de hecho no es nada fácil. Es tan complejo como intentar escribir Manhattan Transfer de John Dos Passos, el cual es un libro donde, intenta escribir de golpe lo que es la voz de Nueva York. La cual es una voz colectiva hecha por voces muy distintas. El estilo de John Dos Passos, sería muy necesario para poder comunicar en serio, lo que es un estadio de futbol.

Muchos sabemos, que dichos escritos sobre lo que hay detrás del futbol son, en la mayoría de los casos bien intencionados, así como la contra crítica que yo hago, espero sea vista como bien intencionada.
Veo muchas veces con tristeza como los intelectuales de derecha (según ellos, futbol es la prueba de que el hombre piensa con las patas) y de izquierda (es un medio para evitar hacer pensar al hombre) no analicen a fondo el fenómeno, ¿qué es lo que hace que un catedrático de la UNAM se pinte la cara los sábados, con los colores de su equipo?

Esperemos que el pleito de críticas sólo se deba a la siempre antipatía que tiene el músculo con el pensamiento.

Desde ésta noche taciturna: Fastame Futbolero.

FE DE ERRATAS: Fue Karl Marx quien dijo "La religión es el opio de los pueblos", no Nietzche, Gracias Arodi por el apunte!

Fuentes: Entre líneas TV, canal 22. Capítulo: A nivel de Cancha


viernes, 14 de mayo de 2010

Abstraido

Abstraido...
Por: Fast-Ame

Muchas veces te pierdes, pero siempre hay un dulce regreso.

Pienso mucho en lo que pudo haber ocurrido si no hubiera corrido en ese momento. Ya estaría en el quinto sueño supongo... mejor no pienso en ello, puede que salga corriendo. EL punto es que aquello se veia cada vez más mal, y no podía ni creerlo. Una forma amorfa caminando hacia ti, vociferando y asegurando la continuidad de su función... la continuidad para que sea, para que exista... para eso fue definido. Yo simplemente me pare y, sin más, sólo corrí. Creo que rompí la definción y, aquello, se conviertió en absurdo.

Pero siempre hay un dulce regreso...

lunes, 3 de mayo de 2010

Cinco cigarrillos...

CINCO CIGARRILLOS...
Por: Fastamin

Cinco cigarrillos llevaba
el hocico me apestaba a nicotina
pero no paraba
sólo no podia parar.

Quizá fue una luz,
fulgurante, tenue, contradictoria.
Pero no podía creerlo
de verdad aquello
se convertía en estrella.

Tenía ganas de aplastar perros
ganas de resucitar aves
ganas de desintegrar el tiempo
y congelar aquello
para siempre
quizá, sólo hasta hartarme.

Cinco cigarrillos y despues nada
tome mi chamarra, mi casa
me retiré de ahí
jamás supe si se convirtió en estrella.
Cinco cigarrillos...

domingo, 2 de mayo de 2010

Pero, nada.

PERO, NADA
Por FastamE

Pero, nada, todo ocurrió como una nada, en medio de un pero, rompiendo el ritmo, insultando el tiempo.

Insultar al tiempo, peor que una blasfemia. ¿Por qué Amanda...? por qué. Muchos opinan, que no sabía lo que hacía. Hacer... ¿quien sabe lo que se debe de hacer?, quizá un sabio (que nadie venga a decirme que él era un sabio), un guía espiritual (¿debería ésto ser una blasfemia mayor?). Amanda sólo era una inconforme más, una entre tantos, entre millones quizas, pero también era una inconforme única. La unidad de la inconformidad, era como el significado de unidad, era uno. Ese uno era ella. Si ella hubiera sido avisada del peligro que corre aquel al que al tiempo trata de dañar, quizá no habría dicho nada.

Intenten imaginar. Un reloj de pared, una pared color durazno de una habitación bien iluminada y con el don de la tranquilidad, del orden. Todo aquello dispuesto como lo quería. Aquel reloj era legendario, era bastante bonito y además brillaba en la oscuridad. Sus manecillas imprimian cierto cariz de coquetería en el. Amanda amaba el estar cerca de su reloj, le encantaba el tic tac, la insitaba a soñar, a imaginar. En su sueño todo era muy parecido que lo dispuesto en su cuarto, a diferencia de que no estaba su cama, y la ventana estaba algo reducida. Ese reloj ahí continuaba. Amanda extrañada en su sueño se dijo, que raro, algo de mi cuerto desapareció. Estando en su sueño, puede hacer lo que quiera, y volvió a dormir y comenzó a soñar en su sueño. Ahora el cuarto tenía menos iluminación y desapareció su puff donde se encontraba sentada, el reloj continuaba allí. Volvió a dormirse y otro sueño en su sueño del sueño la llevo a una habitación donde la luz, casi no entraba ya que su ventana era ridiculamente pequeña. Sin embargo subisistía la puerta y la podía localizar, porque se veia luz en el trecho de la puerta y la pared, entre la puerta y la nada. El reloj, continuaba ahí, y ya sus manecillas brillaban. Volvió a dormir y ahora nada de luz, salvo los trechos de la puerta. El reloj brillaba como una estrella nunca lo hubiera hecho. Amanda extrañada y con miedo intento despertar, no pudo. Comenzó a gritar y nadie la escuchaba, pronto se dió cuenta que se enecontraba en absoluta soledad. Sólo ella y su reloj coqueto. Sólo escuchaba su respiración y ese tictac tan "hermoso" ahora tan fúnebre. Amanda intento quitar el reloj, y quitarle las pilas para eliminar ese ruido infernal, pero aun sin pilas seguia el ruido. Amanda no sabía que hacer. Pisó frenéticamente el reloj y, el reloj seguía igual, incluso, como si se tratara de una muy mala broma, aumento el volumen de su tic tac. TIC TAC, TIC TAC!!! sólo eso. Amanda gritó con desesperación y dijo "¡ya! ¡por favor ya no existas! ¡ ya no me molestes y dejame regresar!" una voz en su interior le dijo, no intentes eliminar el tiempo, es invariable. Amanda respondió "¡¿Quién esta allí?! ¡¡sacame de aquí por favor!"!. No hubo respuesta. Ella corrió a la puerta y con dificultad logró encontrar la chapa, cuando abre la puerta, observa un mar de nada. Ella gritando vuelve a entrar al cuarto. Grita y llora y una voz en su interior "escoge, la nada o el tiempo" Amanda casi no lo creia, pero ese Tic tac... ese tic tac...

Pasó una semana desde que Amanda dormía, sus familiares abrieron la puerta a la fuerza y se encontraron con una persona, dormida, con una sonrisa sin igual.


sábado, 24 de abril de 2010

No pude dormir

No pude dormir...
Por: Fastame


PARTE I


- ¡Qué onda!, ¿cómo estas?... ¡uy! que carita tienes... ¿te pasa algo? - Pregunta Sandro a Norberto, quien se encontraba con una cara de los mil demonios.
-No pasa nada... oye ¿ya hisiste la tarea?
-Nel, puede esperar, pero no me cambies el tema, tú tienes algo y no me quieres decir, ¿qué te pasó?
-No me pasa nada.
-Claro que te pasa algo, ¡mirate la cara! es más, hasta no traes puesto un calcetin. Amigo, sabes que cuentas conmigo y dime que te pasó.
-No se... todo ocurrió tan aprisa...-Norberto se dispuso a contar con todo lujo de detalle lo que la noche anterior le ocurrió...

Todo el día había transcurrido con relativa normalidad, es decir, ir a la escuela, comer una torta de las vagabundas y, por supuesto, ver que hacer en la noche... insisto... un día normal. Esa noche como cualquier otra, estudió hasta cierta hora razonable, ya saben, hasta que la mente queda embotada de tanta información.
Norberto se dispuso a lavarse los dientes y a ponerse la pijama. Checar que todo esté bien en la casa es una tarea diaria ineludible y, como todas las noches, no había ningun problema (¿quizá no?). Cuando Norberto se metió en las cobijas comenzó a escuchar extraños ruidos en el patio, además de pisadas en las pequeñas baldosas de su jardin. Norberto algo extrañado preguntó (estupidamente) quién se encontraba ahí y, como era de esperarse no hubo respuesta, cosa que alteró a nuestro tímido amigo que, armandose un poco de valor decidió a ver que sucedía en su patio. Para su sorpresa no habia nada, pero los sonidos que escuchó no engañan a nadie (o quizá si), y fue claro que se trataba de una persona que intentaba entrar (paranóico ¿no?). Norberto se asomó a la calle sólo por curiosidad y, no encontró nada. Cuando cerraba la puerta, un tipo realmente horrible, tomó del brazo a Norberto. En automático, Norberto se puso blanco.
-¡Callate y acompañame- empuñaba una catastrófica arma de fuego.
-Pero por favor, no me hagas daño.
-¡que te calles y camina tarado!- Norberto no tuvo opción y, con el miedo a flor de piel se dispuso a caminar en pijama, acompañado de un loco.

Ya habian caminado 3 kilometros y como siempre, ni si quiera perros había en la calle, mala suerte... Norberto en llanto grita...
-¡No me hagas daño!... ¡si necesitas dinero, en mi casa te dare lo que quieras!... ¡Por favor... no me hagas daño!
-¡No necesito tu dinero imbécil! ¡Camina!.
Y caminaban, sin que nadie los viera... algo muy comun a las 2 de la mañana...
-Te dire amiguito, eres una persona con suerte...-Risas que más que falsas, sonaban graciosas... pero a la vez muy tenebrosas...- eres afortunado de ser una persona tranquila... llevo estudiandote un mes... se con quienes te juntas y a quienes aprecias... eres la persona idonea para ayudarme
-¡¿Ayudarte?! pero si sólo soy
-Ya se que sólo eres un estudihambres-Risas de nuevo... aunque, ¿qué le pasa a este tipo?... estudihambres... ahora resulta...-y más te vale guardar silencio si no...


lunes, 8 de febrero de 2010

Un pequeño fragmento de la novela "Réquiem para un Ángel"

En este fin de semana, mi mente no pudo maquilar algún cuento o relato corto, pero les quiero platicar de una novela que leí el año pasado, se llama "Réquien para un Ángel" escrita por Jorge F. Hernandez, editado por Alfaguara.
Réquiem para un Ángel es una novela sobre y escrita en la Ciudad de México, donde encontramos relatos a veces ficticios y otros no tanto. El móvil principal de la novela son las vivencias que va arrastrando "Ángel Anáhuac" al ser el "Exterminador de todas las impurezas, y enfrentar una catástrofe total que amontona incansablemente ruina sobre ruina". Réquiem para un Ángel la considero el retrato hablado de la actual Ciudad de México, donde lo cotidiano y lo no tan cotidiano se conjugan, formando un resumen breve de lo que hoy tenemos como casa (para la mayoría) y escuela (para otros tantos...)
Una "tesis" interesante que toca el autor en la novela es "la Ciudad de México" como un "ser andrógino". Éste hecho queda más que manifiesto (a mi parecer, debo aclarar que no soy un experto en destripar la literatura al 100%) en el final de la novela. Ángel Anahua, "nuestro ángel exterminador" termina cambiando de sexo, "sin que nadie pregunte tu nombre para que sólo tú sepas que te llamas desde hoy, Emperatriz de todas las Estrellas, Ángela Anáhauc, Angelanahuac..."
El final, agresivo y genial no me lo esperaba, y el tema de lo andrógino lo toma en una vivencia que tiene nuestro ángel en una aula de la facultad de psicología. Dejo el fragmento y para motivar a mis queridos lectores que compren o consigan "Réquiem para un Ángel", entre cada capitulo el autor coloca frases y poemas sobre la Ciudad de México de autores como Octavio Paz, José Emilio Pacheco, Juan Villoro y por supuesto Carlos Fuentes, entre otros.

Trece

E
l doctor Ramiro Olivar del Conde no podría asegurar que se sabe de memoria los rostros y nombres de todos los alumnos que le siguen fielmente, semestre a semestre, su cátedra freudiana, ecléctica y existencial desde hace ya cincuenta años. Más que emérito catedrático de la máxima casa de estudios, el doctor Olivar del Conde se concentra en la exposición -Dos veces por semana- de los mejores frutos analíticos surgidos de su intelecto y jamás por el tedio burocrático de tomar listas, cumplir con el programa o aprenderse los nombres. Es lógico: en promedio, la clase de Olivar del Conde recibe entre ochenta y ciento veinte alumnos inscritos formalmente y alrededor de sesenta oyentes que se saltan olímpicamente la matrícula, semestre a semestre, con la ya muy sabida ventaja de que el viejo profesor otorgará los créditos como quien regala pases de abordar en la escalinata de un crucero. Pero que no se diga aquí que el doctor Olivar del Conde es el profesro más barco del sistema universitario, aunque sus alumnos acostumbren decir que "estan a bordo" en su clase, en vez de presumir que la cursan y pretenden aprobarla.

Para apoyo logístico y práctico ante todos los despistes académicos del doctor Olivar del Conde, la Facultad de Psicología tuvo a bien habilitar desde hace un lustro a la doctora Esperanza del Carmen como profesora adjunta. Es ella, en realidad, la que se encarga del papeleo, de conformar un sistema digno de calificación y, para efectos de estas páginas, más o menos memorizar quiénes son realemente alumnos inscritos u oyentes asiduos, y así mitigar la malsana costumbre de vededores ambulantes, dealers de psicotrópicos baratos, agiotistas de bajo calibre, ociosos, facinerosos y güevones de todo tipo que tradicionalmente han encontrado refugio, solaz o santuario para sus sueños trastocados en aulas donde se imparten multitudinarias cátedras de infinito tedio. Escudados en que la mayéutica del doctor Olivar del Conde no permite la participación abierta de todos los alumnos (recurso pedagígico por demás imposible, tratándose de un aula que más parece un pequeño estadio de balonmano), el ancho grupo de colados sabe que durante dos o dos horas y media, dos veces a la semana, se pueden apoltronar en la comodidad edípica de una banca, reconciliarse con preciosas horas de sueño (ronquidos incluso) y estirar las cansadas piernas, sin que el profe repare jamás en su desatención , pero para eso esta la doctora del Carmen. Es ella quien llama la atención de los sonámbulos y quien pugna por un mínimo de atención y de respeto. Sobre todo cuando Olivar del Conde anda inspirado y recorre la tarima como un sabio sin toga, las manos elocuentes, la mirada fija en el horizonte del saber y la voz modulada de un verdadero parlamentario del psicoanálisis.

Queda claro que el doctor Ramiro Olivar del Conde no podría ni asegurar ni negar la recurrente presencia de Ángel Anáhuac en sus cátedras y lo más seguro es que de pedirle un retrato hablado del fantasma alado, el doctor Olivar del Conde describiría a un sujeto perfectamente confundible con una tipología promedio de sus alumnos, donde la edad del individuo no importa (debido a la conjugación constante de generaciones intercaladas), donde la estructura ósea, pigmentación de piel, brillo, forma y color del pelo no presentan variaciones significativas. Además, desde la estatura de su cátedra, a Olivar del Conde le parece que lleva cincuenta años dirigiendose al mismo grupo de alumnos. Desde su hipnótico ir y venir en la tarima ha visto siempre los mismos pares de cientos de ojos (la mayoria entreabiertos y catatónicos) y, si acaso, variables en los colores y formas de sus vestimentas, quiza por ello el doctor Olivar del Conde no podría confirmar en estos parrafos ninguna reacción o actitud manifiesta de Ángel Anáhuac durante el fructífero semestre en que el verdadero parlamentario del psicoanálisis abordó con ingenio el tema "La ciudad en el diván".

De acuerdo con los apuntes del alumno Federico Zacatenco (de los raros inscritos y preocupados por ganarse los creditos a ley), ese semestre y, en particular, cada una de las cátedras de Olivar del Conde dieron (por lo menos para él) un verdadero festín de saberes, una real inmersión en la psique colectiva de la ciudad más grande del mundo y un verdemécum de citas literarias, referencias clínicas, metáforas antrecruzadas y diagnosticos precisos que (por lo menos para él) no sólo perfilaban fielmente la esquizofrenia colectiva que padecen todos lo habitantes de la Ciudad de México, sino que era "la mejor tomografía de DeFe... el retrato complejo de nustras neurosis compartidas... el aliento más confiable para estar siempre en pie de lucha por el saneamiento de nuestra hábitat", etc. Según Clara Terremotes, ese semestre fue "una locura delirante... pero deliciosa".....

....

Más o menos, así hablaba el doctor Olivar del Conde: "tales recorridos constantes, del hogar al trabajo, de la casa al aula, representan en este contexto una generalizada búsqueda de Padre... En algunos casos, estamos ante un notable complejo de Edipo... La ciudad como sujeto evoca constantemente la nostalgia dolida por la Madre, mientras que sus calles y avenidas son el sistema nervioso central de una generalizada ausencia de la figura paterna... La ciudad de en el diván hablará continuamente de su madre, la chingada, la máscara, la morenita del Tepeyac, Mamá, Mami, Jefa... y es tarea inalineable del terapeuta -con pausas, silecios y sólo medidas preguntas- intentar extraerle al sujeto la médula esencial de su neurosis... habremos entonces de conducirnos como Cicerones del Inconsiente, dejando que aflore la dicotomía colectiva... que salga como saliva todo ese odio al Padre, al ultrajador, al conquistador, borracho, golpeador que la ciudad como sujeto no lograba conciliar al lado de su Madre... Es una búsqueda constante, del trabajo al hogar, desde las aulas hasta las casas, entre fábricas y francachelas... ¿cómo puede ser que la santa Madre que somos llevó en su vientre el apellido y herencia del santo padre que hemos de negar?... Apuntemos para una proxima disquisición el discreto y desconocido papel que tiene la figura de San José en los evangelios y recuerdenme exponer- a su debido tiempo- una continuación posible al pensamiento de Octavio Paz, expuesto en el laberinto de nuestra soledad... Concentrémonos por ahora en la búsqueda continua del Padre... la orfandad colectiva que reniega del apellido... la desesperación ausente... la angustia consuetudinaria ante el nido semi-vacío, en el contexto innegable de una constante vuelta al útero, al enterno regreso... fijemos la tención en el ser ciudadano como espejo de la ciudad misma: evocativa de su ancestral cuadrícula prehispánica, hija de lagos, sobre-vivientes en aguas, que encara la constante amenza de sus sequías con el conflicto también ancestral de haberse poblado sobre un demero renacentista... precisemos el trauma de haber sido ciudad-imperio de altos templos impresionantes, y la cíclica destrucción horizontalizadora. Forma geométrica idónea de todo lo que se desprende del verbo chingar. Analicemos entonces el decurso desgarrador de todos los días: la ciudad como sujeto y el sujeto multitudinario de sus habitantes en una constante búsqueda por precisarnos el apellido, la personalidad, la carga heredada de las culpas, la transmisión generacional del inconsciente... sequiremos encontonces, en próxima sesión, con el entrelazamiento abismla de la amnesia como contagio cómodo de sobreviviencia, la propensión autodestrcutiva, la ecolalia urbana como antídoto ante tantos siglos de silencio... el autismo visceral -de viajeros del metro, tanto como del asfalto en sí- y las recurrentes crisis nerviosas... obesidad colectiva y al tiempo, bulimia compartida... y recuérdenme especificar las implicaciones de este inmenso cuadro clínico en el tema concreto de nuestra muy confundida sexualidad urbana... el tema de la Ciudad como Andrógino... la bisexualidad de nuestras inclinaciones arquitectónicas... ¿Por qué insistimos en festejar triunfos futbolísticos al pie de lo que llamamos "El Ángel" cuando está claramente a la vista de todos que se trata de "una Ángela"... y de aquí, ponderar la importancia urbana y existencial que tiene para todos los habitantes el peso mamario, las glándulas alimenticias y su correlación estética, por ejemplo, con ramificaciones precisas hacia la cultura del mercado ambulante o la misma Central de Abastos... por ejemplo".

De aquí la importancia para estos párrafos de que, si bien el doctor Olivar del Conde se puede concentrar en sus disquisiciones y aislar de su persepción el perfil, nombre y media diliación de sus alumnos, a la doctora del Carmen le consta que durante el largo semestre de la cátedra "La ciudad en el diván" Ángel Anáhuac asistió de manera puntual a esas clases, concentrado en la diminuta letra con la que llenaba no uno sino incluso dos cuadernos atiborrados de conclusiones, interpretaciones y vocaciones propias, aunque se sabe que no copiaba o transcribía textualmente los parlamentos de Olivar del Conde.




lunes, 1 de febrero de 2010

Apretando el botón.

Apretando el botón
Por: Fastame

Cierta noche de invierno, él se disponía a platicar con élla, solos los dos, en una nocturna calidez de clima frío. Él se preocupa por verse bien, por que nada le falta a élla. De un momento a otro éllos vivirán una experiencia sin igual. Élla miraba con malicia a su víctima, él sólo se deja llevar por aquella maldad. Mensajes sin palabras, miradas cruzadas... el perfecto entendimiento. Él comenzó besándole una mano y a élla se le hizo muy tierno. Élla tomó su rostro y lentamente lo acercó al suyo, él entendió el mensaje y la besó con amor. Pronto, élla decidió que él será genial... ¿genial para qué?

De un momento a otro, él comenzó a besar su cuello, y sus manos se deslizaban por su espalda. Élla sólo miraba al techo y se dejaba llevar por las sensaciones encontradas. Él la llevó al sofá, y la recostó con mucha delicadeza, él la abrazaba... la besaba. Élla tomaba los cabellos de él con sus manos, con pasión, con placer... ¿placer?. Él con un movimiento lento, placentero, desprendió de sus prendas a élla. Élla, motivada por un no se qué, le quitó sus vestiduras. Éllos se acariciaban, disfrutaban, continuaban. Aún nadie sabe con exactitud que sucedió, pero susurran las aves que sobre volaban la zona y miraban asombrados hacia la ventana, que el rostro de élla mutó, a un rostro muy malvado. Malvado... malvado... ¿Malvado?. Con gran rapidez élla tomó la iniciativa... ¿qué iniciativa?. Él no supo que hacer, y por temor, dejo que la fiera (apenas descubierta) hiciera lo que quisiera, sin más. Él quizá sintió más que miedo, placer por sólo dejarse llevar, por los deseos bestiales de élla. Élla colocó su sexo sobre el de él y comenzó un acto sin igual. Cuentan las hormigas que jamás habían conocido a un par de humanos tan energicos, las arañas dan testimonio de un tiempo tan extenso, donde se destilaba el licor de la pasión y la perversión.

Cuando élla llegaba a su climax, tomó como prisionero a él. Él no supo que hacer, y simplemente murió con élla. ¡Qué show! exclamaban los mosquitos. Cuando élla hubo terminado todo acto, sólo se limitó a tomar sus prendas, él permanecía acostado... agotado. ¿Agotado?. Lo más complicado fué decir adiós, pero tomaron la decisión de que ambos cerrarían el msn al mismo tiempo. Se quitó la imagen proyectada por la cámara web del otro en sus respectivos monitores, apagaron los ordenadores, se vistieron y continuaron con sus vidas taciturnas.


sábado, 23 de enero de 2010

¿En qué momento...?

¿En qué momento...?
Por: Fastame

Campos verdes, grandes plantaciones, inclusive uno puede ver a las vacas pastar o simplemente a un caballo solitario caminar por el mundo. ¿En qué momento preferimos una selva alsfáltica?- Se preguntaba Norberto cuando se disponía regresar a su "nunca intercambiable" vida citadina. El observaba sin parpadear aquellos paisajes ocultos tras las murallas rocosas y habitadas de su flamante y caótica ciudad.
Norberto comenzó a imaginar como sería su vida en esos lustrosos campos (a mitad del camino recorrido) con todo y sus cabras pastando. Todo parecía realmente tranquilo aunque las jornadas de trabajo (de su propia tierra) eran muy pesados, revisar la cosecha, ordeñar la vaca y hacer queso para venderlo cerca del camino por donde los encajonados pasan muy a prisa. La rutina estaba ya planeada desde que su padre le heredó las tierras. Levantarse cuando el gallo cante, y desayunar un plato de frijoles (de la cosecha propia) con las tortillas hechas a mano que a diario le regala la señora Zoila.
Norberto como todos los campesinos, aprovechaba el momento que salia con sus cabras, no sólo para cuidarlas, también para vigilar que sus tierras no esten invadidas. A menudo Norberto se sentaba y observaba largo rato las nubes que pasaban y pensaba en la pureza del cielo, su claridad e imaginaba que allá arriba alguien o algo lo observaba. También tenía miedo del chupa cabras, pues llegaban rumores de 100 cabras muertas por el extraterrestre.
Un día, canzado de la rutina asesina del campo, se sento y observó sus pies desgastados y cansados, ¿qué pasaría si buscara suerte en la ciudad?, ya estoy algo cansado de no tener a veces casi nada, pero las tierras que me dio mi papá deben de ser cuidadas, no quiero desonrar a la familia, pensaba.
Al día siguiente de su charla interior al despertar, todo le daba vueltas, tenía ansia de correr y perderse en el monte, no sabía que le ocurría en aquel momento, de pronto, todo comenzo a brincar, y empezo a sentir como él caía a un vórtice obscuro. Todo era un mar de confusiones cuando de pronto se encontraba en un lugar muy iluminado.
De pronto Norberto le preguntaba a Jonas - ¿en qué momento llegamos a la ciudad?- ni 5 minutos tenian de estar de nuevo en el bullicio, Norberto todavia se pregunta ¿en qué momento preferimos la ciudad que el campo? ¿por qué ese deseo desesperado de pertenecer a la sociedad citadina? ¿en qué momento le perdio el gusto al campo?.
Al día siguiente de su llegada, Norberto habia olvidado por completo lo imaginado al día anterior, disfrutando de nuevo, de la flamante rutina de la ciudad.
Norberto quizá no tenga buena información del campo o quizá está diseñado para la ciudad. Lo que Norberto ignora es que en realidad le gustaria vivir en el campo, pero también disfruta de los negros valles asfálticos. ¿En qué momento...?

Nueva sección: La cita de la semana

Con afan de apasiguar más mi ocio, he decidido incluir una nueva sección titulada "la cita de la semana". El objetivo de la sección será dotar a cada semana de una frase o cita (de personajes célebres o quizas no tan célebres) que en la semana se interne en mi mente, ya sea porque una persona la haya citado y lógicamente a mí interesado, o simplemente una frase que yo propongo de personajes que yó admiro.

Y para no desperdiciar éste pequeño espacio, aquí os dejo un video de los Beatles con todo y subtitulos. Espero sea de su agrado...

Sin más por el momento se despide:

Citadino fastame.





lunes, 11 de enero de 2010

Analisis al cuento.

¿Se necesita saber analizar un cuento?, pero... ¿cómo saber analizar un cuento?, ¿quién pone las reglas para analizar un cuento? El blog de este fin de semana se llama analisis al cuento, no porque redacte una tesis de como analizar un cuento, si no que analizaré, utilizando como base la conferencia "Algunos aspectos del cuento" de Julio Cortázar el cuento que publiqué la semana pasada, y que a tenido una fuerte critica constructiva (si! aquel que haya puesto que lo debería mandar a televisa me ayudó muchísimo.)

Bueno, antes de empezar tenedriamos que definir qué es un cuento. El cuento se puede comparar a un cortometraje o una fotografía, donde a comparación de un largometraje, contiene pocos personajes (asunto relativo) y un tema especifico desde el inicio, una trama o una situación con la que se abre el mismo relato. Algunas veces sucede lo contrario, es decir, inician por el final. A diferencia de la novela, el cuento se encuentra limitado, la novela se explaya hasta que se acaba el tema. El cuento se encuentra limitado a una situación. Es muy importante mencionar que el cuento lo hace cada quien, es decir, no hay un estandard de como debe de ser la estructura o como dijo Cortázar (no hay leyes fundamentales.) Quizá lo único que particulariza el cuento, es la limitación física, es decir, la cantidad de papel usado. Cuando se escribe, y se escribe hasta 25 páginas (aproximadamente), se le llama cuento. A partir de ese número de páginas redactadas pasa a formar parte de la Nouvelle (o una novela corta), termino que inventarón los franceses, hasta que el mismo relato (si se continua escribiendo aún más páginas) forma una novela. Creo, en mi opinión, que lo importante es recalcar sólo la limitación física del cuento, para así, poderlo nombrar cuento.

Ahora mi cuento, como escritor, ¿cómo analizar un cuento?, Cortázar nos dice que el cuento (como el lo persive) debe de tener una situación excepcional, un tema sin igual... pero, ¿cómo saber cuál es el tema?. Todos los temas son excepcionales, aqui depende de como sea cada cuentista, ya que los temas estan ahí, pero el cuentista sólo escribira de ellos hasta que tenga una motivación tal que, comienze a escribir, de forma fluida, de forma artistica. Todo es excepcional y como diría Cortázar "Lo excepcional reside en una cualidad parecida a la del imán; un buen tema atrae todo un sistema de relaciones conexas, coagula en el autor, y más tarde en el lector, una inmensa cantidad de nociones, entrevisiones, sentimientos y hasta ideas que flotan virtualmente en su memoria o su sensibilidad; un buen tema es como un sol, un astro en torno al cual gira un sistema planetario del que muchas veces no se tenía consciencia hasta que el cuentista, astrónomo de palabras, nos revela su existencia. O bien, para ser más modestos y más actuales a la vez, un buen tema tiene algo de sistema atómico, de núcleo en torno al cual giran los electrones; y todo eso, al fin y al cabo, ¿no es ya como una proposición de vida, una dinámica que nos insta a salir de nosotros mismos y a entrar en un sistema de relaciones más complejo y hermosos?".
Así que el tema existe, los hay a montones, sólo falta tener esa visión, esa cualidad de atar al lector y atarse uno mismo como escritor al cuento.

Mi cuento, ¿cuál es la situación excepcional en él? yo escogí el tema de la muerte... pero no sólo éso, si no el cómo nos veríamos y qué opinaríamos de nuestro velorio si pudieramos ver, oir, olfatear, etc, sobre nuestro ataud, ver quien se asoma a esa caja con paredes de falpa (es un buen dato, muchos ataudes usan paredes de felpa, de ahí se cree que provenga la frase "YA FELPO".) Quizá no fuí un buen narrador, quizá se pierde el sentido, cosa que intenté retomar al final, a manera de ironía coloqué "ya me dio sueñito", cosa que yó interpreté como "le cerraron la caja".

Carece aún de muchas cualidades, cosa que no me preocupa, ya que soy un escritor joven, no soy maduro en la escritura aún. Pero por álgo se empieza.

Podría colocar toda una tesis, pero, al final (buenas, por compromiso o pésimas) la opiniones las ponen ustedes, y a eso digo también "Di no a la sensura".

Sin más para esta semana me despido, su fiel escritor Fastame.





viernes, 1 de enero de 2010

Año nuevo... otra vez blog nuevo.

Muchos de mis antiguos lectores (si es que alguna vez los tuve) se habran dado cuenta (si es que aún cliquean la dirección de este blog) que dejé de publicar incluso una pobre novela (aunque para mi fué el inicio de una probable máxima obra literaria, posible ganadora del nobel en literatura... bueno, saben que bromeo :P) que se cocinaba en las entrañas de estos animales cibernéticos, y por fortuna (si es que la flojera ahora no logra completar su misión), me dispondre a retomarlo, con una nueva temática, es decir, escribir cuentitos, noticias, polémicas, tortasos de televisión o lo que se me venga en mente cada inicio de semana. Si, porque en cada inicio de semana siempre debe de haber algo bueno que contar (o al final de la semana... cuestión de perspectivas.)

Por ahora sólo dejo un cuentito, que se me ha ocurrido en este fin de año, principio de año, cuasi fin de semana o como usted, amigo lector, desee bautizar esta fecha.

Inicia un año nuevo, una oportunidad más para enderezar los errores económicos, invitar a salir a quien sea, cuando se quiera o se pueda, ó simplemente plantar un arbolito...

Que sus deseos se cumplan, que sus propósitos prosperen... y ya basta de tanta ñoñería y pasemos al cuento.

P. D. No olviden comentar lo que aquí se publique, así me ayudarán a saber si seguir publicando, ó de plano dedicarme a ver televisión nocturna (sin ofender a nadie.)

Atte: Un Fastame

Las paredes de felpa

"Las paredes de felpa"
Por: Fastame


Es curioso ver paredes de felpa mientras te observas tan elegantemente vestido, quizá sea alguna artimaña que las altas sociedades (es decir... los ricachones de este mundito) han planeado, para comercializar las paredes de felpa, mientras vistes de forma tan galante (sin contar que hasta maquillaje tengo en el rostro), y con tantos invitados en éste hermoso salón de fiestas. Todos parecían divertirse a su manera, podía escuchar risitas por allí y una que otra lamentación por allá, las lamentaciones seguramente se debían al exceso de alcohol en la fiesta (como en todas las fiestas... generalmente) y quizá por algún novio infiel que fué descubierto por su querida pareja.
Ahí viene Rodolfo, ése Rodolfo, gracias a el conocí las galeras, fué tan divertido... claro antes de ser encerrados en las galeras, aunque son de aquellas noches que te dices "¡diantres, cómo quiero a mi amigo Rodolfo!" al final de cuentas, salimos muy bien librados y como dirían por allí "se salieron con la suya."
- Hola Rodolfo, ¿qué tal va la fiesta?
- Hermano, te volviste a salir con la tuya...
- Pues no se a qué te refieres, pero gracias.
Ése Rodolfo siempre ha sido misterioso para comunicarse, pero cuando logras pillar una buena conversación en un lugar íntimo (como las galeras), puedes descubrir el ser humano que lleva dentro (a pesar de su enorme masa corporal.)

Aquella del cabello negro lacio, se llama Carmela. Si les contara las cochinadotas que hizo conmigo por pura diversión. Seguramente se irán de la fiesta con una mala impresión de mi, pero cabe aclarar que siempre la quize, aunque siempre supe que sólo amigos podiamos ser.
- Me retiro temprano. Gracias por reunirnos a los viejos amigos, nunca me cansaré de decir que sólo tú logras organizar momentos especiales, y que decir de noches geniales...
- ¿Y ahora por qué derramas lagrimas Carmela, si acabas de decir que organizo fiestas geniales, no habrá sido Ramiro otra vez el que te hizo llorar, verdad?
- Nunca me han gustado los momentos de nostalgia, me acuerdo cuando una vez te caiste a una coladera, desapareciste sin más. Cuando logramos sacarte de ese hoyo pestilente, saliste con una sonrisota diciendo "¡genial, me encontre una cartera atascada de jugoso dinero... y de mierda, pero... ¡ya tenemos para más chupe!"
- Si, lo recuerdo muy bien, aún siento el dolor de esas puntadas en mi espalda... si tan sólo no hubiera estado ésa varilla atravezada...
- Pero esa maldita varilla, logro que en lugar de dirigirnos a la vinatería, fueramos a un hospital, y la gran cantidad de dinero la terminaste gastando en libros y un café, eso si, a nadie le has prestado esos libros que presumes de ser tan buenos, y tampóco me invistaste un café de ese dinero...
- Bueno, tú me conoces, sabes que me cuesta trabajo prestar mis libros y además, en esos tiempos nunca tenías tiempo...
- Siempre fuiste muy tacaño, pero bueno, éras genial, te quiero.
- Espera Carmela... ¿por qué nunca me deja terminar de hablar?

Allí viene Amalia, mi siempre mejor gran amiga.
- ¡Qué tal Amalia! ¿Cómo te la has pasado? ¿ya viste que vino Julian, tu ex galan de la universidad?
- Aún no me logro explicar, cómo siendo tan amigos, hayas invitado al patán de Julian
- ¡Auch! perdoname, es más ni si quiera lo invité... es más, ¡no recuerdo haber invitado a alguien, ni si quiera organizar esta fiesta!, seguramente tú sabes algo ¿verdad?, ¿no es una fiesta sorpresa por ser el día de mi cumpleaños? porque ya me estoy dando cuenta de todo.
- Seguramente lo invitó tu hermano Hugo, porque es muy bueno para mirar números en tú agenda, pero pésimo para saber quienes si te apresiamos.
- ¡Anda ya! con que fué Hugo quien organizó ésta fiestesita.
- Siempre quise que fueras mi pareja...
- ¿Cómo? ¿Estas bromeando Amalia?
- Quizá te paresca broma, pero siempre te quise, siempre viví detras de ti, y nunca lo notaste.
- Pero ¿Desde qué tiempos sientes ése sentimiento por mi?
- Desde el primero momento en el que te vi, tus ojos penetraron mis sentimientos, pero siempre supe que tú nunca me harías caso, que sólo soy una gran amiga...
- No se que decir.
- Seguramente jamás sabré lo que tú hubieras dicho sobre ésto.
- Amalia, no llores, debes saber que me has tomado de sopresa, estoy conmosionado... mírame, ni si quiera me puedo mover, ¡ésta felpa me estorba!
- Adiós, gracias por todo
- Amalia espera... ¡Amalia! ¡AMALIAAAA!... maldición, odio que las mujeres se larguen cuando han dicho algo tan polémico.

Ni si quiera he notado que la fiesta ha terminado. Además me he quedado con grandes polémicas esta noche... quizas mi hermano me ayude a limpiar, bueno, mejor no me hago esperanzas... mañana le hablaré a Rodolfo, para que me aclare estos chismes, seguro el sabía lo de Amalia. Siempre me toca limpiar los cochineros de las fiestas. Pero limpiaré mañana, estas paredes de felpa son muy comodas y como que tengo sueñito.