sábado, 23 de enero de 2010

¿En qué momento...?

¿En qué momento...?
Por: Fastame

Campos verdes, grandes plantaciones, inclusive uno puede ver a las vacas pastar o simplemente a un caballo solitario caminar por el mundo. ¿En qué momento preferimos una selva alsfáltica?- Se preguntaba Norberto cuando se disponía regresar a su "nunca intercambiable" vida citadina. El observaba sin parpadear aquellos paisajes ocultos tras las murallas rocosas y habitadas de su flamante y caótica ciudad.
Norberto comenzó a imaginar como sería su vida en esos lustrosos campos (a mitad del camino recorrido) con todo y sus cabras pastando. Todo parecía realmente tranquilo aunque las jornadas de trabajo (de su propia tierra) eran muy pesados, revisar la cosecha, ordeñar la vaca y hacer queso para venderlo cerca del camino por donde los encajonados pasan muy a prisa. La rutina estaba ya planeada desde que su padre le heredó las tierras. Levantarse cuando el gallo cante, y desayunar un plato de frijoles (de la cosecha propia) con las tortillas hechas a mano que a diario le regala la señora Zoila.
Norberto como todos los campesinos, aprovechaba el momento que salia con sus cabras, no sólo para cuidarlas, también para vigilar que sus tierras no esten invadidas. A menudo Norberto se sentaba y observaba largo rato las nubes que pasaban y pensaba en la pureza del cielo, su claridad e imaginaba que allá arriba alguien o algo lo observaba. También tenía miedo del chupa cabras, pues llegaban rumores de 100 cabras muertas por el extraterrestre.
Un día, canzado de la rutina asesina del campo, se sento y observó sus pies desgastados y cansados, ¿qué pasaría si buscara suerte en la ciudad?, ya estoy algo cansado de no tener a veces casi nada, pero las tierras que me dio mi papá deben de ser cuidadas, no quiero desonrar a la familia, pensaba.
Al día siguiente de su charla interior al despertar, todo le daba vueltas, tenía ansia de correr y perderse en el monte, no sabía que le ocurría en aquel momento, de pronto, todo comenzo a brincar, y empezo a sentir como él caía a un vórtice obscuro. Todo era un mar de confusiones cuando de pronto se encontraba en un lugar muy iluminado.
De pronto Norberto le preguntaba a Jonas - ¿en qué momento llegamos a la ciudad?- ni 5 minutos tenian de estar de nuevo en el bullicio, Norberto todavia se pregunta ¿en qué momento preferimos la ciudad que el campo? ¿por qué ese deseo desesperado de pertenecer a la sociedad citadina? ¿en qué momento le perdio el gusto al campo?.
Al día siguiente de su llegada, Norberto habia olvidado por completo lo imaginado al día anterior, disfrutando de nuevo, de la flamante rutina de la ciudad.
Norberto quizá no tenga buena información del campo o quizá está diseñado para la ciudad. Lo que Norberto ignora es que en realidad le gustaria vivir en el campo, pero también disfruta de los negros valles asfálticos. ¿En qué momento...?

Nueva sección: La cita de la semana

Con afan de apasiguar más mi ocio, he decidido incluir una nueva sección titulada "la cita de la semana". El objetivo de la sección será dotar a cada semana de una frase o cita (de personajes célebres o quizas no tan célebres) que en la semana se interne en mi mente, ya sea porque una persona la haya citado y lógicamente a mí interesado, o simplemente una frase que yo propongo de personajes que yó admiro.

Y para no desperdiciar éste pequeño espacio, aquí os dejo un video de los Beatles con todo y subtitulos. Espero sea de su agrado...

Sin más por el momento se despide:

Citadino fastame.





lunes, 11 de enero de 2010

Analisis al cuento.

¿Se necesita saber analizar un cuento?, pero... ¿cómo saber analizar un cuento?, ¿quién pone las reglas para analizar un cuento? El blog de este fin de semana se llama analisis al cuento, no porque redacte una tesis de como analizar un cuento, si no que analizaré, utilizando como base la conferencia "Algunos aspectos del cuento" de Julio Cortázar el cuento que publiqué la semana pasada, y que a tenido una fuerte critica constructiva (si! aquel que haya puesto que lo debería mandar a televisa me ayudó muchísimo.)

Bueno, antes de empezar tenedriamos que definir qué es un cuento. El cuento se puede comparar a un cortometraje o una fotografía, donde a comparación de un largometraje, contiene pocos personajes (asunto relativo) y un tema especifico desde el inicio, una trama o una situación con la que se abre el mismo relato. Algunas veces sucede lo contrario, es decir, inician por el final. A diferencia de la novela, el cuento se encuentra limitado, la novela se explaya hasta que se acaba el tema. El cuento se encuentra limitado a una situación. Es muy importante mencionar que el cuento lo hace cada quien, es decir, no hay un estandard de como debe de ser la estructura o como dijo Cortázar (no hay leyes fundamentales.) Quizá lo único que particulariza el cuento, es la limitación física, es decir, la cantidad de papel usado. Cuando se escribe, y se escribe hasta 25 páginas (aproximadamente), se le llama cuento. A partir de ese número de páginas redactadas pasa a formar parte de la Nouvelle (o una novela corta), termino que inventarón los franceses, hasta que el mismo relato (si se continua escribiendo aún más páginas) forma una novela. Creo, en mi opinión, que lo importante es recalcar sólo la limitación física del cuento, para así, poderlo nombrar cuento.

Ahora mi cuento, como escritor, ¿cómo analizar un cuento?, Cortázar nos dice que el cuento (como el lo persive) debe de tener una situación excepcional, un tema sin igual... pero, ¿cómo saber cuál es el tema?. Todos los temas son excepcionales, aqui depende de como sea cada cuentista, ya que los temas estan ahí, pero el cuentista sólo escribira de ellos hasta que tenga una motivación tal que, comienze a escribir, de forma fluida, de forma artistica. Todo es excepcional y como diría Cortázar "Lo excepcional reside en una cualidad parecida a la del imán; un buen tema atrae todo un sistema de relaciones conexas, coagula en el autor, y más tarde en el lector, una inmensa cantidad de nociones, entrevisiones, sentimientos y hasta ideas que flotan virtualmente en su memoria o su sensibilidad; un buen tema es como un sol, un astro en torno al cual gira un sistema planetario del que muchas veces no se tenía consciencia hasta que el cuentista, astrónomo de palabras, nos revela su existencia. O bien, para ser más modestos y más actuales a la vez, un buen tema tiene algo de sistema atómico, de núcleo en torno al cual giran los electrones; y todo eso, al fin y al cabo, ¿no es ya como una proposición de vida, una dinámica que nos insta a salir de nosotros mismos y a entrar en un sistema de relaciones más complejo y hermosos?".
Así que el tema existe, los hay a montones, sólo falta tener esa visión, esa cualidad de atar al lector y atarse uno mismo como escritor al cuento.

Mi cuento, ¿cuál es la situación excepcional en él? yo escogí el tema de la muerte... pero no sólo éso, si no el cómo nos veríamos y qué opinaríamos de nuestro velorio si pudieramos ver, oir, olfatear, etc, sobre nuestro ataud, ver quien se asoma a esa caja con paredes de falpa (es un buen dato, muchos ataudes usan paredes de felpa, de ahí se cree que provenga la frase "YA FELPO".) Quizá no fuí un buen narrador, quizá se pierde el sentido, cosa que intenté retomar al final, a manera de ironía coloqué "ya me dio sueñito", cosa que yó interpreté como "le cerraron la caja".

Carece aún de muchas cualidades, cosa que no me preocupa, ya que soy un escritor joven, no soy maduro en la escritura aún. Pero por álgo se empieza.

Podría colocar toda una tesis, pero, al final (buenas, por compromiso o pésimas) la opiniones las ponen ustedes, y a eso digo también "Di no a la sensura".

Sin más para esta semana me despido, su fiel escritor Fastame.





viernes, 1 de enero de 2010

Año nuevo... otra vez blog nuevo.

Muchos de mis antiguos lectores (si es que alguna vez los tuve) se habran dado cuenta (si es que aún cliquean la dirección de este blog) que dejé de publicar incluso una pobre novela (aunque para mi fué el inicio de una probable máxima obra literaria, posible ganadora del nobel en literatura... bueno, saben que bromeo :P) que se cocinaba en las entrañas de estos animales cibernéticos, y por fortuna (si es que la flojera ahora no logra completar su misión), me dispondre a retomarlo, con una nueva temática, es decir, escribir cuentitos, noticias, polémicas, tortasos de televisión o lo que se me venga en mente cada inicio de semana. Si, porque en cada inicio de semana siempre debe de haber algo bueno que contar (o al final de la semana... cuestión de perspectivas.)

Por ahora sólo dejo un cuentito, que se me ha ocurrido en este fin de año, principio de año, cuasi fin de semana o como usted, amigo lector, desee bautizar esta fecha.

Inicia un año nuevo, una oportunidad más para enderezar los errores económicos, invitar a salir a quien sea, cuando se quiera o se pueda, ó simplemente plantar un arbolito...

Que sus deseos se cumplan, que sus propósitos prosperen... y ya basta de tanta ñoñería y pasemos al cuento.

P. D. No olviden comentar lo que aquí se publique, así me ayudarán a saber si seguir publicando, ó de plano dedicarme a ver televisión nocturna (sin ofender a nadie.)

Atte: Un Fastame

Las paredes de felpa

"Las paredes de felpa"
Por: Fastame


Es curioso ver paredes de felpa mientras te observas tan elegantemente vestido, quizá sea alguna artimaña que las altas sociedades (es decir... los ricachones de este mundito) han planeado, para comercializar las paredes de felpa, mientras vistes de forma tan galante (sin contar que hasta maquillaje tengo en el rostro), y con tantos invitados en éste hermoso salón de fiestas. Todos parecían divertirse a su manera, podía escuchar risitas por allí y una que otra lamentación por allá, las lamentaciones seguramente se debían al exceso de alcohol en la fiesta (como en todas las fiestas... generalmente) y quizá por algún novio infiel que fué descubierto por su querida pareja.
Ahí viene Rodolfo, ése Rodolfo, gracias a el conocí las galeras, fué tan divertido... claro antes de ser encerrados en las galeras, aunque son de aquellas noches que te dices "¡diantres, cómo quiero a mi amigo Rodolfo!" al final de cuentas, salimos muy bien librados y como dirían por allí "se salieron con la suya."
- Hola Rodolfo, ¿qué tal va la fiesta?
- Hermano, te volviste a salir con la tuya...
- Pues no se a qué te refieres, pero gracias.
Ése Rodolfo siempre ha sido misterioso para comunicarse, pero cuando logras pillar una buena conversación en un lugar íntimo (como las galeras), puedes descubrir el ser humano que lleva dentro (a pesar de su enorme masa corporal.)

Aquella del cabello negro lacio, se llama Carmela. Si les contara las cochinadotas que hizo conmigo por pura diversión. Seguramente se irán de la fiesta con una mala impresión de mi, pero cabe aclarar que siempre la quize, aunque siempre supe que sólo amigos podiamos ser.
- Me retiro temprano. Gracias por reunirnos a los viejos amigos, nunca me cansaré de decir que sólo tú logras organizar momentos especiales, y que decir de noches geniales...
- ¿Y ahora por qué derramas lagrimas Carmela, si acabas de decir que organizo fiestas geniales, no habrá sido Ramiro otra vez el que te hizo llorar, verdad?
- Nunca me han gustado los momentos de nostalgia, me acuerdo cuando una vez te caiste a una coladera, desapareciste sin más. Cuando logramos sacarte de ese hoyo pestilente, saliste con una sonrisota diciendo "¡genial, me encontre una cartera atascada de jugoso dinero... y de mierda, pero... ¡ya tenemos para más chupe!"
- Si, lo recuerdo muy bien, aún siento el dolor de esas puntadas en mi espalda... si tan sólo no hubiera estado ésa varilla atravezada...
- Pero esa maldita varilla, logro que en lugar de dirigirnos a la vinatería, fueramos a un hospital, y la gran cantidad de dinero la terminaste gastando en libros y un café, eso si, a nadie le has prestado esos libros que presumes de ser tan buenos, y tampóco me invistaste un café de ese dinero...
- Bueno, tú me conoces, sabes que me cuesta trabajo prestar mis libros y además, en esos tiempos nunca tenías tiempo...
- Siempre fuiste muy tacaño, pero bueno, éras genial, te quiero.
- Espera Carmela... ¿por qué nunca me deja terminar de hablar?

Allí viene Amalia, mi siempre mejor gran amiga.
- ¡Qué tal Amalia! ¿Cómo te la has pasado? ¿ya viste que vino Julian, tu ex galan de la universidad?
- Aún no me logro explicar, cómo siendo tan amigos, hayas invitado al patán de Julian
- ¡Auch! perdoname, es más ni si quiera lo invité... es más, ¡no recuerdo haber invitado a alguien, ni si quiera organizar esta fiesta!, seguramente tú sabes algo ¿verdad?, ¿no es una fiesta sorpresa por ser el día de mi cumpleaños? porque ya me estoy dando cuenta de todo.
- Seguramente lo invitó tu hermano Hugo, porque es muy bueno para mirar números en tú agenda, pero pésimo para saber quienes si te apresiamos.
- ¡Anda ya! con que fué Hugo quien organizó ésta fiestesita.
- Siempre quise que fueras mi pareja...
- ¿Cómo? ¿Estas bromeando Amalia?
- Quizá te paresca broma, pero siempre te quise, siempre viví detras de ti, y nunca lo notaste.
- Pero ¿Desde qué tiempos sientes ése sentimiento por mi?
- Desde el primero momento en el que te vi, tus ojos penetraron mis sentimientos, pero siempre supe que tú nunca me harías caso, que sólo soy una gran amiga...
- No se que decir.
- Seguramente jamás sabré lo que tú hubieras dicho sobre ésto.
- Amalia, no llores, debes saber que me has tomado de sopresa, estoy conmosionado... mírame, ni si quiera me puedo mover, ¡ésta felpa me estorba!
- Adiós, gracias por todo
- Amalia espera... ¡Amalia! ¡AMALIAAAA!... maldición, odio que las mujeres se larguen cuando han dicho algo tan polémico.

Ni si quiera he notado que la fiesta ha terminado. Además me he quedado con grandes polémicas esta noche... quizas mi hermano me ayude a limpiar, bueno, mejor no me hago esperanzas... mañana le hablaré a Rodolfo, para que me aclare estos chismes, seguro el sabía lo de Amalia. Siempre me toca limpiar los cochineros de las fiestas. Pero limpiaré mañana, estas paredes de felpa son muy comodas y como que tengo sueñito.