No pude dormir...
Por: Fastame
Por: Fastame
PARTE I
- ¡Qué onda!, ¿cómo estas?... ¡uy! que carita tienes... ¿te pasa algo? - Pregunta Sandro a Norberto, quien se encontraba con una cara de los mil demonios.
-No pasa nada... oye ¿ya hisiste la tarea?
-Nel, puede esperar, pero no me cambies el tema, tú tienes algo y no me quieres decir, ¿qué te pasó?
-No me pasa nada.
-Claro que te pasa algo, ¡mirate la cara! es más, hasta no traes puesto un calcetin. Amigo, sabes que cuentas conmigo y dime que te pasó.
-No se... todo ocurrió tan aprisa...-Norberto se dispuso a contar con todo lujo de detalle lo que la noche anterior le ocurrió...
Todo el día había transcurrido con relativa normalidad, es decir, ir a la escuela, comer una torta de las vagabundas y, por supuesto, ver que hacer en la noche... insisto... un día normal. Esa noche como cualquier otra, estudió hasta cierta hora razonable, ya saben, hasta que la mente queda embotada de tanta información.
Norberto se dispuso a lavarse los dientes y a ponerse la pijama. Checar que todo esté bien en la casa es una tarea diaria ineludible y, como todas las noches, no había ningun problema (¿quizá no?). Cuando Norberto se metió en las cobijas comenzó a escuchar extraños ruidos en el patio, además de pisadas en las pequeñas baldosas de su jardin. Norberto algo extrañado preguntó (estupidamente) quién se encontraba ahí y, como era de esperarse no hubo respuesta, cosa que alteró a nuestro tímido amigo que, armandose un poco de valor decidió a ver que sucedía en su patio. Para su sorpresa no habia nada, pero los sonidos que escuchó no engañan a nadie (o quizá si), y fue claro que se trataba de una persona que intentaba entrar (paranóico ¿no?). Norberto se asomó a la calle sólo por curiosidad y, no encontró nada. Cuando cerraba la puerta, un tipo realmente horrible, tomó del brazo a Norberto. En automático, Norberto se puso blanco.
-¡Callate y acompañame- empuñaba una catastrófica arma de fuego.
-Pero por favor, no me hagas daño.
-¡que te calles y camina tarado!- Norberto no tuvo opción y, con el miedo a flor de piel se dispuso a caminar en pijama, acompañado de un loco.
Ya habian caminado 3 kilometros y como siempre, ni si quiera perros había en la calle, mala suerte... Norberto en llanto grita...
-¡No me hagas daño!... ¡si necesitas dinero, en mi casa te dare lo que quieras!... ¡Por favor... no me hagas daño!
-¡No necesito tu dinero imbécil! ¡Camina!.
Y caminaban, sin que nadie los viera... algo muy comun a las 2 de la mañana...
-Te dire amiguito, eres una persona con suerte...-Risas que más que falsas, sonaban graciosas... pero a la vez muy tenebrosas...- eres afortunado de ser una persona tranquila... llevo estudiandote un mes... se con quienes te juntas y a quienes aprecias... eres la persona idonea para ayudarme
-¡¿Ayudarte?! pero si sólo soy
-Ya se que sólo eres un estudihambres-Risas de nuevo... aunque, ¿qué le pasa a este tipo?... estudihambres... ahora resulta...-y más te vale guardar silencio si no...
- ¡Qué onda!, ¿cómo estas?... ¡uy! que carita tienes... ¿te pasa algo? - Pregunta Sandro a Norberto, quien se encontraba con una cara de los mil demonios.
-No pasa nada... oye ¿ya hisiste la tarea?
-Nel, puede esperar, pero no me cambies el tema, tú tienes algo y no me quieres decir, ¿qué te pasó?
-No me pasa nada.
-Claro que te pasa algo, ¡mirate la cara! es más, hasta no traes puesto un calcetin. Amigo, sabes que cuentas conmigo y dime que te pasó.
-No se... todo ocurrió tan aprisa...-Norberto se dispuso a contar con todo lujo de detalle lo que la noche anterior le ocurrió...
Todo el día había transcurrido con relativa normalidad, es decir, ir a la escuela, comer una torta de las vagabundas y, por supuesto, ver que hacer en la noche... insisto... un día normal. Esa noche como cualquier otra, estudió hasta cierta hora razonable, ya saben, hasta que la mente queda embotada de tanta información.
Norberto se dispuso a lavarse los dientes y a ponerse la pijama. Checar que todo esté bien en la casa es una tarea diaria ineludible y, como todas las noches, no había ningun problema (¿quizá no?). Cuando Norberto se metió en las cobijas comenzó a escuchar extraños ruidos en el patio, además de pisadas en las pequeñas baldosas de su jardin. Norberto algo extrañado preguntó (estupidamente) quién se encontraba ahí y, como era de esperarse no hubo respuesta, cosa que alteró a nuestro tímido amigo que, armandose un poco de valor decidió a ver que sucedía en su patio. Para su sorpresa no habia nada, pero los sonidos que escuchó no engañan a nadie (o quizá si), y fue claro que se trataba de una persona que intentaba entrar (paranóico ¿no?). Norberto se asomó a la calle sólo por curiosidad y, no encontró nada. Cuando cerraba la puerta, un tipo realmente horrible, tomó del brazo a Norberto. En automático, Norberto se puso blanco.
-¡Callate y acompañame- empuñaba una catastrófica arma de fuego.
-Pero por favor, no me hagas daño.
-¡que te calles y camina tarado!- Norberto no tuvo opción y, con el miedo a flor de piel se dispuso a caminar en pijama, acompañado de un loco.
Ya habian caminado 3 kilometros y como siempre, ni si quiera perros había en la calle, mala suerte... Norberto en llanto grita...
-¡No me hagas daño!... ¡si necesitas dinero, en mi casa te dare lo que quieras!... ¡Por favor... no me hagas daño!
-¡No necesito tu dinero imbécil! ¡Camina!.
Y caminaban, sin que nadie los viera... algo muy comun a las 2 de la mañana...
-Te dire amiguito, eres una persona con suerte...-Risas que más que falsas, sonaban graciosas... pero a la vez muy tenebrosas...- eres afortunado de ser una persona tranquila... llevo estudiandote un mes... se con quienes te juntas y a quienes aprecias... eres la persona idonea para ayudarme
-¡¿Ayudarte?! pero si sólo soy
-Ya se que sólo eres un estudihambres-Risas de nuevo... aunque, ¿qué le pasa a este tipo?... estudihambres... ahora resulta...-y más te vale guardar silencio si no...